Gay Lussac, embotellando aire alemán y bailando en el laboratorio.

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Hace 165 años un 9 de Mayo fallecía el químico y físico francés Joseph-Louis Gay-Lussac  ocupó cargos políticos de importancia como químico de la Comisión de Pólvoras y Salitres (explosivos), y fue catedrático de Física (a partir de 1808) en la Universidad de la Sorbona, así como catedrático de Química (a partir de 1809) en el Instituto Politécnico de París.

En 1802 publicó los resultados de sus experimentos que, ahora conocemos como Ley de Gay-Lussac. Esta ley establece, que, a volumen constante, la presión de una masa fija de un gas dado es directamente proporcional a la temperatura Kelvin.

En el campo de la física llevó a cabo, en 1804, dos ascensiones en globo, hasta altitudes de 7.000 metros, en las que estudió la composición de las capas altas de la atmósfera y el magnetismo terrestre.

Entre 1805 y 1808 dio a conocer la ley de los volúmenes de combinación, que afirma que los volúmenes de los gases que intervienen en una reacción química (tanto de reactivos como de productos) están en la proporción de números enteros sencillos.

En relación con estos estudios, investigó junto con el naturalista alemán Alexander von Humboldt, la composición del agua, descubriendo que se compone de dos partes de hidrógeno por una de oxígeno.sello_humboldt

 En una ocasión estaban haciendo unos experimentos para los cuales necesitaban de unos vasos de reacción especiales de paredes muy finas, de manera que la única forma que tenían de conseguirlos era comprándolos a un proveedor en Alemania donde residían los mejores sopladores de vidrio. Sin embargo los aranceles que se pagaban en Francia sobre las importaciones Alemanas en aquella época eran extremadamente altos, así que los vasos salían muy caros. 
No obstante Humboldt aplicó su ingenio para evitar las aduanas: Dio instrucciones a los sopladores de vidrio alemanes para que sellaran los largos cuellos de los recipientes y pusiesen una etiqueta en los envases: Manejar con cuidado-Aire alemán. Los aduaneros franceses no tenían instrucciones respecto a tasar el aire alemán, de modo que dejaron pasar el envío. Humboldt y Gay-Lussac tan solo tuvieron que cortar los extremos de los recipientes sellados y continuaron los experimentos.

 Fue también Humboldt quien convenció a Gay-Lussac para que admitiese a Justus von Liebig (quien se convertiría posteriormente en uno de los mejores químicos orgánicos de su época) en su laboratorio del Arsenal de la comisión de pólvora y explosivos. Los dos químicos tenían mucho en común y sus intereses en la época —el de Liebig en los fulminatos explosivos y el de Gay-Lussac en los compuestos cianógenos relacionados— se complementaban muy bien. En un discurso a la Academia de Ciencias alemana, cuatro décadas después de los hechos, Liebig contó a su audiencia que esa época había sido una de las más felices de su vida:Justus-von-Liebig-sello

“Nunca olvidaré los años pasados en el laboratorio de Gay-Lussac. Cuando habíamos acabado un análisis fructífero (no hace falta que les diga que el método y el aparato descritos en nuestra memoria conjunta eran enteramente suyos), él me decía: «Ahora debes bailar conmigo como hacíamos Thénard [Louis Thénard había sido el maestro de Gay-Lussac] y yo cuando habíamos descubierto algo. Y entonces bailábamos.”

Las anécdotas sobre Gay Lussac han sido extraídas de: Eurekas y Euforias: Cómo entender la ciencia a través de sus anécdotas.

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